viernes, 7 de diciembre de 2007

Crema de calabaza


Cuando empieza a hacer frío, lo único que me apetece comer a todas horas es sopa. Sopa de cualquier tipo y de cualquier ingrediente, aunque siento una especial predilección por las cremas de verduras.

Esta receta es de la revista de cocina de Lecturas, que aprovecho para recomendar, porque siempre tiene un montón de recetas muy fáciles y muy ricas. La compré por primera vez hace un par de años, para probar, y ahora la compro cada temporada. Publican cuatro al año, una por cada estación.

1 kilo de calabaza, 3/4 litros de caldo o agua, 1 cucharadita de curry de Madrás, 1 chorrito de nata líquida, aceite de oliva, sal, 2 tazas de arroz basmati o thai, 50 gramos de pasas, 1 cebolla, 1 taza de té, mantequilla, jengibre en polvo.

Pelar y cortar la calabaza en dados. Colocarla en una olla con un poco de aceite y rehogarla durante unos diez minutos. Salpimentar. Añadir el caldo y el curry, y dejar cocer a fuego lento hasta que la calabaza esté muy tierna. Triturar, rectificar de sal y añadir la nata líquida. Cocer unos minutos más.

Aparte, cocer el arroz en abundante agua salada. Preparar la taza de té caliente e hidratar las pasas con el té. En una sartén, poner un poco de mantequilla y un chorrito de aceite para que la mantequilla no se queme. Dorar la cebolla picada. Añadir entonces el arroz, las pasas escurridas y un par de cucharadas de té. Salpimentar y condimentar con jengibre en polvo.

Servir la crema con un par de cucharadas de arroz en el centro del plato.

En la receta original usaban leche evaporada en lugar de nata líquida, pero yo no tenía en casa. Sin embargo, no usé mucha nata, ya que la crema de calabaza ya estaba riquísima sin ella. Le puse apenas un chorrito para hacerla más cremosa, pero se puede omitir sin problemas.

En la receta original también condimentaban el arroz con canela, pero yo preferí hacerlo únicamente con jengibre. También debo decir que hice la receta con arroz basmati integral y con té con aroma de frutos rojos. Quedó muy buena, y a los pompones les encantó.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Escabeche


Mi suegra, es decir, mamá pomelo, cocina de miedo. Una de las cosas que mejor le sale es el escabeche. Suele hacer unas codornices escabechadas, que son una auténtica delicia. Y un día le comenté que tenía unos filetes de caballa y que no sabía qué hacer con ellos y me dijo que venía a casa y me enseñaba a preparar su escabeche. Lo he probado tanto con caballa como con atún, y la verdad es que queda riquísimo, y es una buena manera de tener algo preparado en la nevera para improvisar una ensalada, un aperitivo o cualquier otra cosa.

Como en muchos otros platos hay tantas recetas como cocineros. Esta es la de mamá pomelo y es exquisita ;-)

Aceite de oliva, vinagre, ajos, 1 atado de hierbas aromáticas, pimentón, pescado o carne.

En una cazuela ancha, a poder ser de hierro colado, poner unos dos dedos de aceite. Tiene que haber suficiente para cubrir la carne o el pescado que vaya a cocerse. Calentarlo a fuego lento. Añadir varios dientes de ajo al gusto (yo le pongo 1 cabeza y media o dos, pero es que me encanta el ajo :-)) y el atado de hierbas aromáticas (si no tenéis, podéis ponerle granos de pimienta, hojas de laurel o un ramito de cualquier especia que os guste). Cuando los ajos empiecen a dorarse, añadir una cucharadita de pimentón. Cocerla un poco y añadir un vaso de vinagre.

La cantidad de vinagre también es cuestión de gustos. A mí me gusta el vinagre, así que le pongo un buen vaso, pero se puede hacer con menos.

Mezclarlo todo bien, y cuando vuelva a estar caliente, añadir la carne o el pescado en filetes o en trozos que queden bien cubiertos y separados. Dejar cocer a fuego lento durante 25 minutos o media hora, hasta que la carne o el pescado estén bien hechos. Dejar enfriar y guardar en la nevera.

Yo le añado un poco de sal, porque si no lo encuentro soso, pero va a gustos. También se le pueden añadir muchas otras cosas, como unas cebollas tiernas o unas setas. Al fin y al cabo, es una especie de confitado con vinagre. Slurps, qué hambre me ha entrado...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Panellets


El 31 de octubre (el día del cumpleaños de mi mejor amigo ;-)), en Catalunya celebramos la Castanyada. Comemos, como supongo que se hace en todas partes, castañas y boniatos asados (slurps!) y cada vez más, gracias a la influencia de las películas y la cultura estadounidense, calabaza. Pero si hay un dulce típico en esa fecha, es el panellet.

La primera vez que leí la receta, pensé que no los iba a probar nunca (era muy joven :-)) porque no sonaban nada apetitosos. Vamos, que un puré de patatas con azúcar y almendras no iba a estar entre los platos estrella de mi cocina. Y sin embargo, cuanto más los pruebo, más me gustan. Y este año, mi amiga Xènia y yo nos propusimos hacerlos en casa, como todos los niños catalanes los preparan en el cole. Tuvimos como pinche a mi hijo Àlex, y quedaron absolutamente impresionantes. Sólo tengo que decir que devoramos dos kilos de panellets en tres o cuatro días. Así estoy de hermosa...

1 kilo de almendra cruda molida, 800 gramos de azúcar, 300 gramos de patata, 300 gramos de boniato, un poco de piel de limón rallada, piñones, almendra en grano, cacao en polvo.

La receta se puede hacer igual de bien con 600 gramos de patata o boniato, en lugar de mitad y mitad.

Poner a hervir las patatas y los boniatos con piel. Dejarlos cocer hasta que estén tiernos. Pelarlos y preparar un puré mientras todavía estén calientes. Una vez preparado el puré, dejar enfriar.

Agregar al puré frío el azúcar, la almendra molida y la ralladura de limón. Mezclar bien los ingredientes, sin amasar, ya que si se toca mucho, la masa se vuelve demasiado blanda.

Esta es la masa base. Se le puede añadir cacao, jarabe de fresa, coco, café...

Los panellets más clasicos son los de piñones. Para hacerlos, se hacen bolitas de masa del tamaño de una nuez, que se rebozan en los piñones hasta que queden bien cubiertas. También son muy típicos los de almendra, que tienen forma de bastoncillo y se rebozan en almendras picadas.

Para terminar de preparar los panellets, hay que ponerlos sobre una placa de horno forrada con papel sulfurizado y hornearlos unos diez minutos a horno fuerte, hasta que estén dorados.

Y ya solo queda dejarlos enfriar y disfrutarlos. Son muy divertidos de hacer con niños y realmente riquísimos.

sábado, 6 de octubre de 2007

Tartar de merluza


La receta base de este plato es de la revista Descobrir Cuina, que no sé si he recomendado ya, pero recomiendo desde ya y para siempre, por sus excelentes reportajes y sus exquisitas recetas. Desde el día que lo probamos se ha convertido en un auténtico top ten de la casa, y en unos de los platos favoritos de mi pomelo, que insiste en que lo prepare una y otra vez. Es un plato muy fácil de hacer que viste mucho y es riquísimo.

1/2 kilo de merluza, 3 tomates rojos, 1 cebolla tierna, 100 gramos de alcaparras, 3 huevos duros, zumo de limón, tabasco, olivada, aceite de oliva, sal y pimienta.

Poner agua a hervir en una olla. Cuando rompa a hervir, apagar el fuego y colocar la merluza dentro de la olla. Dejar unos minutos y retirar el pescado, que se habrá cocido al punto. Escurrir y dejar enfriar.

Cortar los tomates en daditos pequeños. Se pueden pelar y despepitar si se prefiere, aunque a mí nunca me han molestado ni la piel ni las semillas del tomate. Cortar también la cebolla tierna y el huevo en daditos. Escurrir las alcaparras y picarlas.

Mezclar todos los ingredientes con la merluza desmenuzada. Aliñar con aceite, zumo de limón, sal, pimienta y unas gotitas de tabasco.

Diluir la olivada con un buen chorro de aceite de oliva.

Para servir, dar forma al tartar con un aro o una taza. Napar con la salsa de olivada.

Yo acompaño siempre este plato con una ensalada de canónigos, rúcula y otras lechugas aliñadas con un poco de aceite y sal. También pongo siempre unas tostadas para que se pueda comer untado en pan.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Banoffee o Banoffi


Probé este plato por primera vez hace un montón de años... 13, más o menos, en Inglaterra. Me encantó, me pareció una de las cosas más deliciosas que había probado, pero habría desaparecido para siempre de mi espectro culinario de no ser por mi amiga Gillian, que un día nos invitó a comer a su casa y nos lo ofreció de postre. Desde ese día, lo hacemos a menudo, porque se ha convertido en uno de los dulces favoritos de mi pomelo, y porque es fácil de hacer y queda estupendo.

1 paquete de galletas de jengibre (en su defecto, galletas Digestive, Granola o de cereales), 50 gramos de mantequilla, cuatro o cinco plátanos, un bote de dulce de leche (o un bote de leche condensada hervido durante tres horas, totalmente cubierto de agua), 500 gramos de nata montada, virutas de chocolate.

Triturar bien las galletas, hasta que queden bien molidas, como una harina gruesa. Fundir la mantequilla y mezclarla con las galletas. Trabajar hasta que toda la harina de galleta esté humedecida. Colocar la mezcla en un molde y apretarla bien con las manos, para formar la base del postre. Guardar en la nevera unos diez minutos.

Transcurrido ese tiempo, cortar los plátanos a rodajas y colocarlos encima de la base de galleta. Cubrirlos con dulce de leche (para trabajarlo mejor se puede calentar un poco). Cubrir todo con la nata montada y espolvorear con las virutas de chocolate. Dejar reposar en la nevera un buen rato antes de servir.

He leído muchas cosas sobre este postre, y el presunto autor de la receta se muestra indignado con esta versión que os acabo de contar :-) Él dice que la base tiene que ser de masa, una masa igual a la preparada para la pasta frola, una especie de masa quebrada pero con huevo. Personalmente, esta receta es la que a mí más me gusta. Si queréis, probad las dos versiones y nos contáis.

Por cierto, la receta que se dice que es la original, pone primero el dulce de leche, y encima los plátanos cortados a lo largo en lugar de en rodajas. Yo creo que esta es la manera más práctica y más deliciosa de hacer el banoffee, pero para gustos, los colores.

Pasta frola


La pasta frola es una de esas recetas que me transportan automáticamente a la infancia. No sé si es que mi madre la hacía a menudo, o que se comía en fiestas y reuniones y eso la convertía en un plato especial, pero lo cierto es que me sigue encantando hoy como entonces. El otro día me atreví, por fin, a hacerla yo misma, y la verdad es que quedó deliciosa. Para hacerla, usé la receta del Crandon, el libro de cocina más famoso de Uruguay.

2 tazas de harina, 1/2 taza de azúcar, 2 cucharaditas de polvo de hornear, 1/2 cucharadita de sal, 1/2 taza de mantequilla, 2 huevos, 1 cucharadita de ralladura de limón, 1/2 cucharadita de esencia de vainilla, 600 gramos de dulce de membrillo.

Mezclar la harina con el azúcar, la sal y el polvo de hornear. Añadir la mantequilla y trabajar hasta que la mezcla quede como pan rallado o serrín (vaya dos imágenes más parecidas :-)). Añadir entonces los huevos, la esencia de vainilla y la ralladura de limón y trabajar hasta que quede una masa elástica que se despegue de las manos.

Extender una base de masa sobre un molde previamente engrasado y enharinado, o cubierto con papel parafinado. La masa se rompe con facilidad, pero se arregla igual de fácilmente.

Batir el dulce de membrillo con un poco de agua hasta que pierda su consistencia y quede más fino. Rellenar la masa con este dulce y utilizar el resto de masa para hacer un enrejado encima del relleno.

Hornear a 190 grados durante media hora o cuarenta minutos, o hasta que la tarta esté dorada y el dulce de membrillo burbujeante. Dejar enfriar y servir.

Es importante que el dulce de membrillo sea de buena calidad, a ser posible artesanal, porque es el sabor dominante del pastel. También es muy importante que se enfríe bien, o se os desmontará todo al servirlo. Hay gente que lo empolva con coco rallado por el borde. También se le puede extender una finísima capa de miel o de mermelada antes de sacarlo del horno, para que quede dorado y brillante.

lunes, 23 de julio de 2007

HEMC #13 Crema fría de langostinos con ensalada de aguacate

Este mes, en Hecho en mi cocina han sugerido como ingrediente el langostino. Personalmente, creo que la mejor manera de cocer gambas, gambones y langostinos es a la plancha con sal y pimienta, pero estuve pensando y me pareció que lo mejor con el calor que hace era preparar una sopa fría. A mi pomelo le encantó, y eso que no es demasiado efusivo y sus elogios son muy caros ;-) Espero que os guste.

500 gramos de langostinos, 2 litros de agua, 1 manojo de puerros, 1 cebolla tierna, aceite de oliva, sal y pimienta. PARA LA ENSALADA: 1 aguacate, 1 tomate verde, 1 cebolla tierna, limón, aceite de oliva, sal y pimienta.

En una olla poner a hervir el agua. Cortar la parte blanca de los puerros y la cebolla tierna en rodajas. Ponerlas en una olla con aceite y dejarlas pochar un poco. Limpiar bien la parte verde de los puerros y colocarla en la olla con agua. Mientras la cebolla y el puerro se van cociendo, pelar los langostinos. Reservar uno o dos enteros por comensal. Añadir las cabezas y las pieles de los langostinos al agua. Cuando la cebolla y el puerro estén blandos y transparentes, añadir los langostinos picados groseramente. Cocerlos apenas unos segundos, hasta que empiecen a tomar su color rosado característico, y añadir entonces el agua hirviendo a través de un colador chino. Presionar bien las cabezas de las gambas con una mano de mortero para que suelten todo su jugo. Dejar hervir unos minutos y retirar del fuego. Triturar con una batidora o una Thermomix. Si no queda muy fino, pasar por el colador chino. Poner a enfriar en la nevera.

Mientras tanto, preparar la ensalada. Pelar el aguacate y cortarlo en daditos pequeños. Cortar en daditos también el tomate y la cebolla. Mezclar los tres ingredientes, salpimentar y sazonar con zumo de limón y aceite de oliva.

Cocer los langostinos reservados a la plancha y espolvorearlos con sal y pimienta de cayena.

Para montar el plato, poner una montañita de ensalada en medio de un plato hondo. Colocar la crema fría alrededor con un cucharón. Colocar los langostinos tibios encima de la ensalada y servir.

Me olvidaba de comentar varias cosas. En lugar de usar agua, yo he usado un caldo de rape casero que tenía congelado. También había comprado huevas de arenque para mezclar con la ensalada, pero me olvidé :-/ De todas maneras, no las eché de menos, creo que quedó muy bien sin ellas. A la ensalada de aguacate se le pueden añadir más cosas. Yo usé unas tiras de pimiento que me habían sobrado de unos burritos (pero era tan poquito que no lo he puesto en la receta), y creo que también casan bien las alcaparras, unas setas...

sábado, 21 de julio de 2007

Pollo asado


No me gusta lo de pollo asado, porque para mí asar es cocer al horno o a la parrilla, con poca grasa, y esta receta es todo lo contrario, pero no encuentro mejor traducción para el "pollastre rostit" de toda la vida... Si a alguien se le ocurre un título mejor, soy todo oídos.

2 ó 3 cebollas grandes, 1 pollo cortado a octavos, cava o vino blanco, ajo, aceite de oliva, 10 avellanas o almendras, perejil, pimentón.

Cortar la cebolla en rodajas y cocerla con un buen chorro de aceite en una cazuela grande (de barro o hierro colado). Añadir unos cuantos dientes de ajo sin pelar. Cuando la cebolla esté transparente, añadir el pollo y marcarlo un poco. Añadir medio vaso de cava o vino blanco y cocer a fuego vivo para que se evapore el alcohol. Al cabo de unos minutos, bajar el fuego y dejar que el pollo vaya haciéndose a fuego lento. Cuando el pollo esté tierno (yo normalmente lo tengo entre una hora y una hora y media), preparar una picada en el mortero con un par de dientes de ajo, las avellanas o almendras, un puñado de perejil y una cucharadita de pimentón. Tirar la picada por encima del pollo, remover, dejar cocer un par de minutos más y servir.

Este plato queda perfecto con unas patatas confitadas en el mismo aceite del pollo, o con bastante más cebolla para hacerlo encebollado. También se puede usar el hígado del pollo, cocido a la plancha para incorporar a la picada.

Esto me lleva a haceros una pregunta que me ha tenido preocupada toda la semana ;-) ¿Fuera de Cataluña también se hacen picadas para los guisos? Me explico, todas las recetas catalanas llevan una picada, que se trata de un conjunto de ingredientes majados en el mortero y que se conciben para añadir un gusto crudo al final de la cocción y un poco de harina o frutos secos para espesar la salsa. Normalmente se pican ajos, perejil, almendras, avellanas, galletas maría, carquinyolis (unos dulces catalanes secos, como galletas), las vísceras de la carne o el pescado que se cocina y especias. Esta mezcla se disuelve con un cucharon de salsa o aceite del guiso y se incorpora a la olla. No sé si existe esta tradición en el resto de España. Si existe, os estaréis riendo de mí por mis dudas existenciales, lo sé...

Alitas de pollo con ñoquis


A mi pomelo le encantan las alitas de pollo. No me preguntéis por qué, porque a mí nunca me han apasionado particularmente, pero a él le chiflan, y cada cierto tiempo insiste e insiste hasta que las preparamos. Siempre ando buscando nuevas maneras de hacerlas para darles más sabor, y esta última vez las preparé así:

1/2 kilo de alitas de pollo, sal, pimienta, polvo de cinco especias, aceite, zumo de limón, guindilla.

Poner las piezas de pollo en una cazuela con agua y hacerlas hervir. Retirar las impurezas del agua con una cuchara. Añadir entonces la sal, la pimienta y una cucharadita de polvo de cinco especias. Dejar hervir unos minutos, hasta que el pollo esté cocido. Escurrir.

Calentar aceite en una sartén y freír el pollo hasta que esté bien dorado. Colocarlo sobre papel de cocina para retirar el exceso de aceite. Espolvorearlo con un poquito más de sal, pimienta y polvo de especias. Rociarlo con zumo de limón o lima y servir.

Para acompañarlo, esta vez, optamos por hacer una versión de las patatas fritas con ñoquis. En este caso eran ñoquis rellenos de gorgonzola, que quedaron aún más deliciosos. Solo hay que freír los ñoquis en abundante aceite, escurrirlos y servirlos. Son un aperitivo riquísimo.

Esta receta de alitas se puede hacer con otras partes del pollo.

domingo, 24 de junio de 2007

HEMC #12 Berenjenas en conserva


Estos días he estado blogeando un montón y he encontrado muchísimos blogs de cocina (como habréis notado en mi lista de enlaces). Y dando vueltas por ahí he encontrado la página de Hecho en mi cocina, un lugar de encuentro para los blogs de cocina en el que se sugiere un ingrediente al mes, y todos los blogs participantes deben colaborar con una receta en la que se use ese ingrediente. Y como me encantaría participar en esta comunidad de blogeros-cocinillas, aquí os dejo la receta de berenjenas en conserva que llevamos años haciendo en casa. Espero poder publicar la foto dentro de unos días.

Berenjenas, sal gruesa, agua, vinagre blanco o de manzana, aceite de oliva, ajo, pimienta en grano.

No especifico cantidades porque es una receta que se basa en proporciones. Como las conservas llevan tiempo y esta, además, debe reposar un mes antes de consumirse, lo mejor es armarse de paciencia y de botes vacíos y prepara una buena cantidad de berenjenas para poder disfrutar de ellas durante mucho tiempo.

Cortar las berenjenas en rodajas gruesas. Colocarlas en un colador y espolvorearlas con sal gruesa. Dejarlas reposar una media hora, hasta que pierdan un poco de agua. Aclararlas y ponerlas en una olla grande. Cubrirlas con agua y vinagre, tres partes de agua por cada parte de vinagre. Cocerlas tapadas a fuego medio hasta que estén tiernas. Escurrirlas y reservarlas.

Aparte, cortar bastante ajo en láminas finas. Esterilizar los botes en los que va a guardarse la conserva. Una vez esterilizados poner un poco de ajo en láminas, unos granos de pimienta y una capa de berenjenas. Cubrir con aceite de oliva y volver a poner ajo, pimienta, berenjenas y aceite. Continuar haciéndolo hasta llenar el bote. Acabar con una capa de ajo, pimienta y aceite. Cerrar bien los botes y colocarlos en una olla con agua caliente para sellarlos. Guardarlos en un lugar fresco durante un mes.

Transcurrido el mes, servir las berenjenas como aperitivo, con pan. Se me hace la boca agua ;-)

Bacalao con arroz de ajo y perejil


4 trozos de bacalao desalado, un manojo de ajos tiernos, 100 gramos de espinacas, 1 cabeza de ajo, 1 cebolla, perejil, 200 gramos de arroz, 100 ml de cava, caldo de pescado, aceite de oliva, sal y pimienta.

En una olla, sofreír la cebolla picada en un poquito de aceite. Cuando esté transparente, añadir ajo picado al gusto (yo le puse cinco dientes) y el arroz. Sofreír todo junto durante un par de minutos, salpimentar y añadir el cava. Dejar que se evapore y mojarlo con el caldo de pescado (yo lo hice con caldo casero de gambas). Dejar cocer hasta que el arroz esté al punto. Añadirle un buen puñado de perejil picado. Poner entonces los trozos de bacalao sobre el arroz, apagar el fuego y tapar la olla.

Sofreír los ajos tiernos troceados en una sartén con un poco de aceite. Reservarlos, y en la misma sartén saltear las espinacas.

En una olla pequeña, poner 5 ó 6 dientes de ajo laminados con un chorro de aceite frío. Ponerlo a fuego bajo hasta que los ajos se doren.

Montar el plato con un montoncito de arroz. Colocar el bacalao sobre el arroz, y encima del pescado, los ajos tiernos y los ajos fritos junto con una cucharada de aceite. Poner una porción de espinacas junto al arroz y servir.

Este plato era una receta de Descobrir Cuina, una excelente revista catalana de cocina. El plato es del cocinero Jordi Vilà, del restaurante Alkimia, que aún no he tenido el placer de conocer. Yo le he hecho algunos cambios. En la receta original usaban vino blanco en lugar de cava y usaban un caldo de bacalao hecho con espinas de pescado. Yo lo usé de gambas porque era el que tenía. Siempre tengo caldo de pescado preparado y congelado.

Pulpitos de Isma


Isma Prados es un cocinero catalán que se pasea por las mejores cocinas de Barcelona, y que además tiene un excelente programa de cocina donde te explican con pelos y señales todo lo que hay que saber sobre la cocina y sus aledaños. Me gusta particularmente porque siempre explica la vertiente más científica de los platos, y porque en su programa hay numerosos apuntes sobre nutrición. Hace un par de semanas preparó estos pulpitos, y no pude dejar de salivar hasta probarlos. Son exquisitos y muy fáciles de hacer.

1 kilo y medio o 2 de pulpitos limpios, 300 ml de aceite de oliva, 300 ml de cava, 15-20 avellanas, 15-20 almendras, 1 cucharada de pimentón, perejil picado, sal y pimienta.

Poner el cava a reducir hasta la mitad. Mientras tanto, triturar las avellanas y las almendras con el aceite de oliva, el pimentón y un buen puñado de perejil picado. Cuando el cava haya reducido, incorporarlo a la mezcla, pero sin triturar. Esto es importante porque por el momento la mezcla no tiene que emulsionar. Colocar los pulpitos en una bandeja de horno, salpimentarlos, cubrirlos con la mezcla y ponerlos a cocer a horno suave (100-115 grados) durante una hora y media. Cuando estén listos, colarlos y saltearlos en una sartén con un poco de aceite. Emulsionar el jugo colado con una batidora hasta conseguir una salsa homogénea. Servir los pulpitos rociados con la salsa y con abundante perejil picado.

Isma dice que es mejor congelar los pulpitos, porque eso ayuda a romper las fibras y a que queden más tiernos. Yo los congelé antes de usarlos y quedaron tiernísimos, casi se deshacían en la boca. En la receta original de Isma (que podéis encontrar en http://www.lacuinadelisma.cat/) se usaba vino blanco en lugar de cava, pero a mí el cava me encanta y además era lo que tenía en la nevera ;-)

Montaditos de sardina


Me sobraron sardinas de la receta anterior ;-) Quedaron cinco o seis sardinas solitarias bañadas en su aceite al aroma de ajo, tristes y aburridas. Así que me inventé unos montaditos de sardina que en casa triunfaron más que el Cola-Cao. Aquí tenéis la receta.

5 ó 6 sardinas cocidas, aceite de oliva, 1 huevo crudo, 2 huevos duros, tomate verde, cebolla tierna o cebollino, pan.

Con un huevo y aceite de oliva, montar una mayonesa. Yo la hice con una mezcla del aceite de las sardinas y aceite de oliva normal, y le añadí todo el ajo frito que había quedado en el aceite de mis sardinas al aroma de ajo. Una vez preparada la mayonesa, añadir la carne de las sardinas, lo más depilada de espinas posible. Triturar un poco, pero dejar que se intuyan los trocitos de pescado. Picar los huevos duros y añadir a la mayonesa, mezclando ahora con una cuchara. Poner cucharadas de la mezcla sobre unas rebanadas de pan. Picar fino el tomate verde y hacer lo mismo con la cebolla tierna. Poner los trocitos de tomate y cebolla por encima de los montaditos. Mojar con unas gotitas de aceite y servir.

Al día siguiente enriquecí y mejoré la receta añadiendo unas olivas picadas. También se le puede añadir alcaparras, gambas picadas, verduras encurtidas o palitos de cangrejo (de esos que son de todo menos cangrejo). No se le puede añadir ningún sabor fuerte, como el de las anchoas, porque las sardinas ya dominan la crema.

También es muy buena idea espolvorear los montaditos con sal Maldon y rociarlos con un aceite de olivas negras. Los biberones, esos botes de plástico que se usan para poner el ketchup y la mostaza en los bares, son ideales para hacer nuestros propios aceites y para dar el último toque a los platos, porque te ayudan a controlar muy bien la cantidad de aceite que pones.

Sardinas al aroma de ajo


1 kilo y medio de sardinas, aceite de oliva, 10 dientes de ajo, 1 cucharadita de pimentón, perejil, sal y pimienta.

Limpiar las sardinas y colocarlas bien apretadas en una bandeja de horno. Salpimentarlas. Cortar los dientes de ajo en láminas y ponerlos en una sartén con aceite en frío. Calentar el aceite a fuego bajo y dejar que el ajo se dore un poco. Apagar el fuego, añadir una cucharadita de pimentón y un buen puñado de perejil picado. Verter el aceite por encima de las sardinas y ponerlas cinco minutos en el horno precalentado a 200-250 grados.

Se pueden servir inmediatamente o dejarlas enfriar para comerlas frías.

miércoles, 20 de junio de 2007

Tortitas de yogur


El otro día vino a jugar a casa Estefanía, una amiga de mi hijo mayor. Sin pensarlo mucho, les dije que les iba a hacer crepes para merendar, pero entonces descubrí consternada que no tenía leche. Como los dos se quejaban de que tenían un hambre "brutal" y yo ya me había comprometido, me dije que tenía que hacer las crepes como fuera, así que abrí la nevera y entre las telarañas que la cubrían, encontré un par de yogures. Y así salió esta receta:

2 yogures, 1 huevo, 3 ó 4 cucharadas de azúcar, 10 ó 12 cucharadas de harina, mantequilla. Para acompañar: chocolate fondant, miel, sirope de frutas del bosque (yo lo compré en IKEA y no sé exactamente de qué frutas es :-))

Preparar una masa igual que la de crepes, pero sustituyendo la leche por los yogures. Recomiendo usar unas varillas eléctricas, porque el yogur pierde estructura y se vuelve más líquido y más fácil de mezclar. Añadir la harina necesaria para que quede una masa ligera, pero con cuerpo. Mucha gente le añade mantequilla a la misma masa de las crepes, pero yo no lo he hecho así nunca. Si alguien lo prueba, que nos cuente qué tal.

Poner una sartén al fuego y untarla con mantequilla. Poner un par de cucharadas de la mezcla para cada tortita, procurando que queden lo más redondas posibles. Pasados un par de minutos, darles la vuelta y cocer por el otro lado.

Para acompañarlas, yo fundí el chocolate (se puede fundir en el microondas, al baño maría o mezclándolo con nata líquida caliente) y lo puse en un bol pequeño. Hice lo mismo con la miel y con el jarabe de frutas del bosque (bueno, lo mismo no. No los fundí, solo los puse en boles). Ahora se me ocurre que con dulce de leche deben quedar criminales ;-)

Os animo a probarlos haciendo todas las mezclas posibles. Confieso que hice las tortitas con yogur de higos, porque tampoco me quedaban yogures naturales. Quedaron igualmente muy ricas. Para servírselas a los chavales, hice un bocadillo con dos tortitas y una capa de chocolate en medio. Parecían un dorayaki, los pastelitos que come Doraemon, así que se los zamparon en un santiamén.

sábado, 26 de mayo de 2007

Can Costa

La semana pasada fuimos a comer una paella a Can Costa para agasajar a unos amigos italianos que estaban por aquí para asistir a Construmat. A mi pomelo le encanta el arroz (caldoso, negro, paella...) y ya habíamos visitado este restaurante en alguna ocasión.

Nos sentamos en la terracita y pedimos de primero un jamón ibérico que estaba bastante bien, unos chocos, mucho más ricos y unas navajas a la plancha que estaban impresionantes (aunque un poquito fuertes de ajo). Todo correcto, hasta que llegó la paella, que es el plato fuerte del restaurante. Pedimos una paella de pescado, y la verdad es que la hacen más que muy bien; estaba deliciosa y todos repetimos hasta dejar los platos relucientes.

Can Costa es un restaurante típico de la Barceloneta, correcto en casi todo y excelente en la calidad y la preparación del pescado y los arroces. No es un sitio muy elegante, pero es uno de esos lugares en los que, si pides las especialidades de toda la vida, se come muy bien. Además, está a dos pasos de la playa, en una zona bonita, con mucho ambiente.

Shibui

Mi pomelo me llevó el viernes al restaurante Shibui, en la calle Comte d'Urgell 272. Hacía tiempo que no íbamos a un restaurante japonés, y la verdad es que lo disfrutamos muchísimo.

El restaurante es, para empezar, precioso. Quizás un poco fashion, al estilo de muchos restaurantes de fusión o de autor, pero muy bonito y muy agradable. En la primera planta hay unas cuantas mesas y la obligatoria barra de todos los restaurantes japoneses. En la sala de abajo hay también dos salas japonesas para disfrutar de una experiencia más oriental.

La carta es extensa y cuenta con todas las especialidades típicas, con una variada oferta de sushi, sashimi y tenpura, los platos estrella de la cocina nipona, y una buena cantidad de platos de carne y pescado.

Nosotros tomamos de primero un hígado de rape que era una auténtica delicia, unas gambitas picantes que estaban muy ricas, pero recordaban a otras gastronomías más ricas en salsas, y unos pinchitos de ternera absolutamente exquisitos que hicieron las delicias de mi pomelo. De segundo, comimos tenpura, sushi y sashimi. No fuimos originales en nuestras elecciones, pero no nos arrepentimos, porque todo estaba exquisito.

Lo regamos todo con unas cervezas Asahi y de postre tomamos mousse de limón japonés y chocolate, y rollitos de fruta fritos.

Un excelente japonés, a la altura del Yamadori o el Shunka, que son nuestros nipones barceloneses favoritos.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Pastel de pollo


Carmen nos ha enviado nuestra primera (y única) contribución a la página, un plato chileno parecido al pastel de carne, pero hecho con pollo y maíz. Copio exactamente la receta que nos ha enviado, ya probada en casa (como demuestra la foto) con excelentes resultados (eso no lo demuestra, así que tendréis que creerme).

Aquí va la receta, traté de redactarla con la mas ortodoxa jerga culinaria. Hace mas de 30 años, cuando me enseñaron a hacer este plato, era con choclos frescos y obviamente llevaba mas tiempo de preparacion (se debía raspar los marlos, cocinar los granos etc. etc.) pero después me modernicé y empecé a usar los congelados... y queda bien igual. Espero que guste.

750 gramos de pollo cortado en tiritas, 2 cebollas, 1 morrón (pimiento) rojo, 2 dientes de ajo (sin el brote verde), 2 paquetes de choclo (maíz) congelado (de los comunes que ahora no recuerdo cuanto pesan, pero deben ser unos 300 grs), 1 taza de leche, 4 yemas, 4 claras, un poquito de azucar, 1 cucharada de harina, 1 cucharada de manteca (mantequilla), aceitunas, pasas y huevo duro.

Rehogar las cebollas y el morrón y después agregar los ajos bien picados. Agregar el pollo cortado y saltear hasta que este cocido. Cocinar los choclos (menos tiempo que el que indican las instrucciones), licuarlos con la leche y colocar en una cacerola con la manteca y la harina. Cocinar revolviendo para que no se pegue. Batir las yemas y las claras aparte como para merengue (bien duras). Agregar ambos batidos a la mezcla de choclos (el de claras suavemente para que no se "baje"). Poner la mezcla de pollo en una tartera y sobre esta, huevo duro, aceitunas y pasas (la receta original lleva pasas, yo a veces lo omito porque mi hijo menor las detesta). Cubrir con la mezcla de choclo. Encima espolvorear el azúcar. Hornear hasta que dore bien la cubierta.

La parte de arriba, la crema de maíz, queda como un soufflé. A mi pomelo no le gustó mucho el tema del azúcar por encima, pero a mí me pareció delicioso. ¡Muchas gracias!

jueves, 10 de mayo de 2007

Arroz cremoso de bacalao

1 cucharada de mantequilla, 2 cebollas, 2 dientes de ajo, 200 gramos de bacalao salado remojado, 300 gramos de arroz, 1/2 copita de cava o vino blanco, caldo de pescado, tinta de calamar, gomasio, aceite de oliva, sal.

Poner a calentar el caldo en una olla. En una cazuela, poner al fuego la cucharada de mantequilla con un chorrito de aceite para que no se queme. Añadir la cebolla y el ajo picados y dejar cocer hasta que la cebolla esté transparente. Añadir entonces el bacalao, deshaciéndolo con las manos en trozos muy pequeños. Rehogar bien el bacalao, removiendo constantemente. Añadir el cava y dejar cocer unos minutos, hasta que se evapore el alcohol. Añadir entonces el caldo hirviendo. Se debe añadir poco a poco, a medida que el arroz lo vaya chupando, removiendo a menudo, con el fuego bajo. Cuando el arroz esté listo, apagar el fuego y dejar reposar unos minutos antes de servir. Por otro lado, poner al fuego un cazo con un cucharón de caldo y una o dos bolsitas de tinta de calamar. Añadir una cucharada de aceite y remover bien. Dejar que reduzca a fuego medio. Cuando haya reducido un poco, y empiece a espesar, añadirle un par de cucharadas de gomasio o gomasio con algas. Mezclar bien. Servir el arroz acompañado con un poquito de tinta de calamar.

Esta receta me la he inventado inspirándome en un exquisito plato del restaurante Tenorio, de Barcelona. De hecho, a ellos les queda mucho mejor ;-)

El arroz ideal para este tipo de platos es el arroz bomba, el arborio o el carnaroli (el típico de los risottos). Yo no tenía ningún arroz de grano corto en casa, así que lo he hecho con el arroz Thai de grano largo de Intermon y ha quedado buenísimo igualmente.

El gomasio es simplemente sésamo tostado y molido con sal. Se vende en tiendas de comida macrobiótica o ecológica. El sésamo es muy rico en calcio, pero tiene la desventaja de que sus granos no se digieren si no se mastican, cosa que es muy difícil, teniendo en cuenta lo pequeñitos que son. Por eso se trituran y se usan como condimento para ensaladas y otros platos. Lo podéis intentar hacer vosotros mismos, o lo podéis comprar preparado. Se vende también mezclado con algas y es riquísimo.

Dabo Kolo


100 gramos de harina, 1/4 de cucharadita de sal, 1/2 cucharadita de azúcar, 1/4 de cucharadita de paprika o chile en polvo, 2 cucharadas de aceite, 1/2 vasito de agua.

Ayer probamos este aperitivo etíope mientras veíamos la tele. Además de ser riquísimo, es altamente adictivo, pero es muy fácil de hacer y tiene muy poquita grasa. Como yo tengo debilidad por las cosas saladas, mi consejo sería añadirle un poquito más de sal, pero así están riquísimos igualmente. Vaya, estoy salivando, creo que voy a hacer algunos más.

Mezclar la harina, con la sal, el azúcar y la paprika. Añadir las dos cucharadas de aceite y empezar a añadir el agua poco a poco (puede ser que no tengáis que usarla toda). Ir amasando con las manos hasta conseguir una masa elástica que no se pegue a los dedos. Se puede añadir más agua o más harina, hasta conseguir esta textura. Amasar cinco o diez minutos y después tomar pequeñas bolas de masa y alargarlas hasta conseguir bastoncillos de un centímetro de grosor. Cortar los bastoncillos en pequeñas tiras de cuatro o cinco centímetros. Poner las tiras sobre una plancha caliente sin aceite y darles la vuelta frecuentemente. Cuando empiecen a tostarse (cambia el color de la masa) retirarlos y dejarlos enfriar.

Esta receta está extraída del libro Street Food, de Intermon-Oxfam.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Fideos a la cazuela

500 gramos de costilla de cerdo troceada, 2 cebollas, 2 dientes de ajo, 1 pimiento verde, medio pimiento rojo, 200 ó 300 gramos de setas variadas, 100 gramos de guisantes, 3 tomates rojos, 300 gramos de fideos gruesos, agua, aceite de oliva y sal.

Los fideos a la cazuela son uno de esos platos típicos de todas partes, con miles de variantes y de recetas, que cada uno hace a su gusto y con sus ingredientes. Yo los hago tanto con carne como con pescado y me gustan de todas las maneras posibles. Hoy he preparado una receta con setas y costilla de cerdo, muy catalana, y han quedado muy buenos.

Poner a hervir un litro de agua. En una cazuela grande, de hierro colado o barro, dorar la costilla de cerdo con un buen chorro de aceite. Cuando haya cogido un poco de color, añadir la cebolla y el ajo picados. Remover bien, y cuando la cebolla esté transparente, añadir los dos pimientos picados. Sofreír un rato y añadir las setas limpias y troceadas y los guisantes. Salpimentar y remover. Añadir el tomate rallado, mezclar bien y agregar la pasta. Dejar que la pasta tome el sabor de la carne y las setas unos cinco minutos. Añadir el agua hirviendo y dejar que la pasta se vaya cociendo a fuego lento o medio. Espolvorear con perejil picado y servir.

Junto a la costilla se puede freír también tocino, beicon o tacos de jamón o chorizo. Las setas pueden ser de cualquier tipo, y se pueden comprar secas o congeladas. Si se usan secas, primero hay que rehidratarlas con agua, y se puede aprovechar el agua de la rehidratación para cocer la pasta. También se puede usar caldo en lugar de agua.

lunes, 7 de mayo de 2007

Pappardelle con crema de gambas

400 gramos de pasta (pappardelle, tallarines, espaguetis...), 1 cebolla picada, 3 dientes de ajo majados, 5 ó 6 tomates troceados, 1 bote de nata líquida, 800 gramos de gambas, perejil picado, aceite de oliva.

Hervir la pasta en agua con sal y aceite y cocerla al dente. Personalmente, me parece que hay una diferencia abismal entre la pasta fresca y la seca, pero esta receta puede hacerse indistintamente con uno u otro tipo de pasta. Sin embargo, si tenéis alguna tienda de pasta fresca cerca de casa, probad vuestras mejores recetas con la pasta acabada de hacer. Otro día, prometo hacer pasta casera y publicar la receta paso a paso, con muchas fotos para que lo veáis bien.

Escurrir la pasta y reservarla dentro de la cacerola.

Calentar un chorrito de aceite en una sartén. Sofreír la cebolla y el ajo hasta que queden blandos. Agregar el tomate (puede ser una lata de tomate triturado) y rehogar todo junto unos minutos. Añadir la nata, llevar a ebullición y dejar cocer a fuego bajo durante unos minutos. Añadir las gambas, remover y dejar cocer 3 ó 4 minutos.

Mezclar la salsa con la pasta, espolvorear con el perejil picado y servir caliente.

jueves, 3 de mayo de 2007

Pollo con colmenillas

Pollo (en cuartos, muslitos, pechugas...), colmenillas (se pueden usar otras setas), 4 cebollas, 4 patatas, 1 pimiento verde, ajos tiernos o brotes de ajo, 1 tomate, media copita de ron o whisky, 2 vasos de caldo de pollo o verduras, 3 ó 4 cucharadas de nata líquida, aceite de oliva.

Podríamos inaugurar una sección de recetas de subsistencia, ya que este plato nos lo hemos inventado hoy con una nevera que hace eco, en la que conviven los típicos yogures y tres pimientos verdes con el vacío más absoluto. Pero, aunque esté muy mal que lo diga yo, la verdad es que nos ha quedado riquísimo y muy apañado, así que cualquier día voy a hacer cuando venga algún amigo a cenar.

Àlex fue a pasar el fin de semana a Ansovell con sus abuelos y volvió contentísimo porque había vivido una aventura y había encontrado muchas "carbassoles" (rabassoles o múrgoles, colmenillas en catalán). Maria, mi suegra, me trajo unas cuantas (y nos invitó a probar en su casa otras rellenas de foie y botifarra que había cocinado su amiga Teresa, SLURPS!) y las escaldé para quitarles toda la tierra (se tienen que escaldar dos veces en agua duante un par de minutos para limpiarlas bien). Después las metí en la nevera con aceite de oliva y empecé a pensar cómo cocinarlas. Pero en fin, con una nevera vacía y poco tiempo para hacer la compra, decidí dejar de pensar en platos exquisitos y preparar un guiso con las cuatro cosas que tenía en casa: jamoncitos de pollo, brotes de ajo congelados, unas cebollas, cuatro patatas, un pimiento verde y un tomate. Y aquí tenéis la receta.

Cortar las cebollas en rodajas finas y ponerlas en una cazuela a pochar con un buen chorro de aceite. Pocharlas a fuego suave y cuando estén transparentes y blandas, añadir el pimiento verde picado y los ajos tiernos a rodajas o en bastoncillos. Seguir cociendo a fuego suave. Al cabo de tres o cuatro minutos, añadir las colmenillas y remover bien. Añadir después el pollo y dejar que coja un poco de color, durante unos quince o veinte minutos.

Cuando el pollo ya esté tierno y dorado, y la cebolla haya caramelizado y perdido toda el agua, añadir el ron (yo hoy le he puesto whisky, porque no he encontrado el ron, vaya usted a saber dónde lo puse después de la última caipirinha) y dejar que se evapore el alcohol. Tras unos minutos, añadir el tomate rallado y remover bien. Pelar y cortar las patatas en rodajas y añadirlas a la cazuela. Dejarlas cocer unos minutos. Salpimentar. Añadir entonces el caldo (yo no tenía caldo hecho ni caldo industrial, así que he añadido dos vasos de agua y media pastilla de caldo) y subir el fuego. Cuando empiece a hervir, poner el fogón a fuego medio y dejar cocer, tapado, media hora más. Pasada la media hora, añadir la nata líquida, remover bien, dejar que hierva un par de minutos más y servir.

Yo he usado cuatro patatas porque eran las que tenía (y eran pequeñitas), pero se pueden usar más, porque la verdad es que quedan riquísimas. La nata líquida la he añadido para suavizar la salsa, y porque quedan muy bien con las colmenillas. No uso demasiados condimentos porque cocino también para Àlex, pero aquí va muy bien la pimienta, un poco de nuez moscada e incluso de pimentón.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Tonkatsu - Cerdo frito

Un solomillo de cerdo, tres o cuatro dientes de ajo, una pieza de lomo de cerdo, un pedazo de jengibre, una cebolla tierna, aceite, harina, un huevo, pan rallado (a ser posible, japonés).

Cortar el solomillo en rodajas de un centímetro de grosor. Golpear la carne con una maza para romper las fibras y ablandarla. Condimentar con sal, pimienta y el ajo majado y reservar.

Cortar el lomo en rodajas lo más finas posibles. Cortar el jengibre y la cebolla en bastoncitos muy finos (usar una mandolina). Poner un trocito de jengibre y otro de cebolla dentro de cada rodaja de lomo y enrollarla.

Parar el solomillo y los rollitos de lomo por harina y por el huevo batido. Rebozar con cuidado con el pan rallado. Freír en aceite muy caliente hasta que estén dorados. Retirar con palillos o espumadera y dejar escurrir sobre papel de cocina.

Servir caliente.

Mi profesora de cocina, Miho, nos dijo que había que usar aceite de girasol o de maíz, mucho menos fuertes que el de oliva, para que la carne quedara más suave. Yo uso muchas veces el de oliva tanto para esta receta como para el karaage sin problemas. Se puede servir con salsa de soja.

Sopa de miso

2 cucharadas de algas wakame secas, 4 cucharadas de miso rojo, 200 gramos de tofu, 2 cebollas tiernas cortadas en aros finos, 1 litro de agua, 2 cucharadas de dashi.

Disolver el dashi en el litro de agua y calentar. Mientras tanto, remojar las algas wakame secas en agua durante 10 o 15 minutos. Escurrir las algas y cortarlas en trozos regulares. Retirar un cucharón de caldo y disolver el miso en él. Verter sobre el caldo. Agragar las algas wakame y el tofu cortado en cubos pequeños. Antes de que hierva, agregar los aros de cebolla y retirar del fuego. Servir caliente.

Las algas wakame y el tofu se encuentran en muchas tiendas de productos naturales y biológicos. El miso también se puede encontrar en este tipo de tiendas, pero el dashi se encuentra normalmente en tiendas de productos asiáticos o selectos.

Al poner las algas en agua, aumentan mucho de tamaño y recuperan un bonito color verde oscuro brillante.

Cerdo con jengibre


Una pieza de solomillo de cerdo o lomo de cerdo, una cucharada de jengibre rallado o seco, 14 cucharadas de salsa de soja, 8 cucharadas de sake, 6 cucharadas de mirin, 2 cucharadas de azúcar, un chorrito de aceite.

Cortar el solomillo en rebanadas lo más finas posibles. Saltear las rebanadas en una sartén o un wok con el aceite durante uno o dos minutos. Añadir el resto de ingredientes, remover y dejar que la salsa espese y caramelice. Servir enseguida.

Este plato es muy fácil de hacer y exquisito. Un ex compañero de trabajo, Joanmi, me dijo que antes de freír la carne pochase unas cebollas tiernas cortadas a láminas finas. Lo probamos y la verdad es que queda muy bien. Yo creo que con cebollas normales también quedaría muy bien, siempre que las dejemos pochar lentamente para que también caramelicen.

lunes, 30 de abril de 2007

Colofruit

Colofruit es otra tienda virtual en la que se puede encontrar de todo. Ingredientes exóticos, algas, arroces, aromas y una colección de sales que me robó el corazón en cuanto la vi. Tienen, además, recipientes para servir (cucharas, boles, barquitas de madera, bandejas...) y algunas herramientas de cocina. Es una de esas tiendas que hacen que desees tener una cocina de veinticinco metros cuadrados llena a rebosar de armarios, cajones y mesas de trabajo.

La página tiene también algunas recetas interesantes, pero lo que realmente vale la pena es darse una vuelta por toda la tienda y mirar la gran variedad de productos que ofrece.

Menú semanal

Yo no soy quién para dar consejos a nadie sobre nutrición y dietética, que quede claro, pero cuando me quedé embarazada de mi hijo mayor, el tema empezó a preocuparme, porque aunque en casa siempre hemos comido bien, lo cierto es que tenemos una marcada tendencia al desorden, y algunas veces hemos descuidado algún grupo básico de nutrientes. Además, a mí no me gusta la leche y me cuesta horrores comerme un yogur, así que me armé de paciencia y de información para confeccionarme un menú semanal que cubriese, más o menos, todas mis necesidades y las de mi retoño.

Para ello me concentré en la pirámide de la alimentación y en las proporciones de los diferentes alimentos que hay que comer durante la semana. El resultado fue este menú genérico para todas las semanas:

Evidentemente, se trata de un menú que se puede modificar y adaptar a vuestro gusto, pero en principio es un menú equilibrado a partir del cual podéis organizar los platos que concinaréis durante la semana.

En casa nos basamos en este menú para buscar recetas que nos gusten. Intercambiamos días según los planes que tengamos, pero intentamos seguir el menú para comer de todo.

Una vez sustituidos los conceptos genéricos por los platos de la semana, hacemos la lista de la compra y llenamos la nevera. En casa, como nos gusta cocinar, procuramos buscar recetas también para desayunos y meriendas, aunque normalmente hacemos las cosas más elaboradas los fines de semana.

Con este menú también es fácil organizar la comida de los más peques, sean papillas o comidas en trocitos pequeños.

lunes, 16 de abril de 2007

Solé Graells

Solé Graells es un lugar impresionante donde se pueden conseguir todas aquellas cosas que se necesitan para la pastelería y la confitería. Hay utensilios y máquinas para cocinar, pero también una amplia gama de ingredientes que son difíciles de conseguir para los aficionados a la cocina no profesionales. Además de atenderte con una amabilidad exquisita en su tienda de la calle Príncep Jordi, tienen una página web completita con una tienda en la que se puede adquirir prácticamente de todo, y organizan cursos para profesionales de la cocina.

Aunque no es probable que usemos muchos de los ingredientes que ponen a nuestra disposición, vale la pena echarle un vistazo a la página, y si es posible, a la tienda, que está en el barrio de Sants-Montjuich de Barcelona. Es el lugar ideal para todos aquellos que han leído algún libro de El Bulli y se han quedado totalmente desanimados ante la lista de ingredientes o utensilios necesarios. Ahora que ya todos sabemos lo que es una Thermomix, tenemos que ir a por el cremor tártaro y los gelificantes.

miércoles, 11 de abril de 2007

Sopa de chili con carne


300 gramos de carne picada de vaca, buey o ternera, 1 cebolla picada, 2 dientes de ajo picados, 2 cucharadas de tomate frito, triturado o concentrado, 3 tomates, 200 gramos de judías pintas secas, 2 litros de caldo de carne o verdura, unas ramitas de perejil, comino, guindilla en polvo, aceite.

Poner a remojar las judías durante un par de horas. Saltear la cebolla con un par de cucharadas de aceite. Cuando esté transparente y blanda, añadir el ajo, la guindilla, el comino y un puñado de perejil picado. Remover. Añadir la carne y cocer bien. Ir desmigando la carne con la ayuda de una cuchara de madera. Cuando la carne esté bien cocida, añadir el tomate frito y los tomates cortados en pequeños dados. Remover bien. Añadir las judías escurridas. Sofreír todo un poco y añadir el caldo. Dejar cocer a fuego lento, añadiendo más agua o caldo a medida que vaya reduciéndose la cantidad de líquido. Las judías deben quedar bien cocidas y la sopa espesa. Espolvorear con más perejil picado y servir.

No pongo cantidades para las especias porque creo que es uno de esos platos que deben aderezarse a gusto del consumidor. Tanto el comino como la guindilla son especias de sabor fuerte y característico, y es mejor que cada uno le ponga la cantidad que más le guste.

Si dejamos que las judías se beban todo el caldo, tendremos un chili con carne estupendo, que puede servirse con nachos o con tortillas mexicanas fritas.

Se puede hacer el mismo plato con judías ya cocidas, pero personalmente me gusta más hacerlo con judías crudas, porque así la sopa espesa mejor y gana en cuerpo y en sabor.

El chili con carne no es un plato mexicano, sino una de esas comidas Tex-Mex inventadas con lo mejor de cada cultura. Al menos eso dice en todos mis libros de cocina ;-)

viernes, 6 de abril de 2007

Copa de cava, limón y fresas

1/2 kilo de sorbete de limón de buena calidad, 1 botella de cava, 300 gramos de fresas, 3 cucharadas de azúcar, menta o hierbabuena para decorar.

Trocear las fresas. Reservar algunas para decorar y poner el resto a cocer a fuego suave con el azúcar. Cocer entre 5 y 10 minutos, hasta que se deshagan un poco. Pasar por el chino y reservar. Mezclar el sorbete de limón con el cava. Repartir la mezcla de cava y sorbete en varias copas. Decorarlas con un generoso chorro de zumo de fresas, algunas fresas troceadas y unas hojitas de menta fresca.

En lugar de fresas se puede usar cualquier tipo de frutos rojos (grosellas, moras, frambuesas...) o una mezcla de frutas de las que se venden congeladas. Mi recomendación para el cava es Agustí Torelló, una cava relativamente pequeña, pero uno de los cavas más deliciosos que he probado en mi vida. Tienen también un vinagre balsámico de cava que es una exquisitez.

miércoles, 4 de abril de 2007

Croquetas de lentejas


200 gramos de lentejas cocidas, 1 cebolla, 1 calabacín, 1 zanahoria, 1 huevo, pan rallado, aceite, comino molido, sal, pimienta, ajo en polvo, harina.

Picar la cebolla y rallar el calabacín y la zanahoria pelada. Sofreír las tres verduras con un poco de aceite, hasta que la cebolla quede transparente. Añadir las lentejas escurridas y saltear unos minutos. Retirar del fuego, dejar que se enfríe un poco y añadir tres o cuatro cucharadas de pan rallado y el huevo. Salpimentar y condimentar con ajo en polvo y comino molido. Mezclar bien y dejar reposar una hora en la nevera. Calentar el aceite. Formar bolas de masa y aplanarlas un poco. Rebozarlas con pan rallado o harina y freír hasta que estén doradas. Servir frías o calientes.

Estas croquetas se parecen mucho a los falafels. Se puede añadir un tomate rallado o un par de cucharadas de tomate triturado o frito al sofrito de verduras. También se les pueden añadir taquitos de jamón o bacon, o incluso un poco de carne picada. El rebozado con pan rallado es bueno, pero como la masa es poco compacta, la harina le da más cuerpo y hace que las croquetas no se rompan con tanta facilidad (y las convierte en buñuelos más que en croquetas ;-))

Galletas de especias


200 gramos de mantequilla, 250 gramos de harina, 100 gramos de azúcar moreno, 50 gramos de azúcar blanco, 1 cucharadita de jengibre en polvo, 1 cucharadita de polvo de cinco especias, 2 cucharaditas de levadura en polvo y 1 cucharadita de bicarbonato.

Dejar la mantequilla a temperatura ambiente hasta que esté blanda. Mezclarla con el azúcar moreno, el azúcar blanco y el bicarbonato. Trabajar hasta que quede bien mezclado y añadir la harina. Mezclar bien y añadir el jengibre, las cinco especias y la levadura. Trabajar hasta que quede una masa compacta que no se pegue. Si se pega, añadir un poco más de harina. Dejar reposar la masa tapada con un paño una hora en la nevera. Pasado este tiempo, enharinar el mármol de la cocina y extender la masa. Aplanarla con un rodillo hasta que quede fina, con un grosor de medio centímetro como máximo. Cortar las galletas con diferentes moldes. Ponerlas en una bandeja de horno forrada con papel parafinado y cocer en el horno, a 175º durante quince o veinte minutos, hasta que estén un poco doradas. Sacar del horno, dejar enfriar y servir.

martes, 3 de abril de 2007

Pollo frito cantonés con salsa de limón

2 pechugas de pollo, 1 yema de huevo, 3 cucharadas de salsa de soja, 3 cucharaditas de maicena, 1 taza de maicena con 4 ó 5 cucharadas de harina y aceite de oliva. SALSA: El zumo de dos limones, un chorrito de agua, 2 cucharadas de azucar, 2 cucharaditas de maicena disueltas en una cucharada de agua, paprika o guindilla.

Preparar una marinada con la yema, la salsa de soja y la maicena. Cortar el pollo en bastoncitos o en cubos, meterlo en la salsa y remover para que quede bien cubierto. Dejar marinar unos veinte minutos. Pasado este tiempo, rebozar el pollo con la mezcla de maicena y harina y freír en tandas de cinco o seis, en una sartén alta o un wok. Freír poco, sin que llegue a dorarse, porque más tarde se freirá una segunda vez. Dejar escurrir el pollo sobre papel de cocina. Una vez terminado de freír, volver a empezar por la primera tanda y freír una segunda vez hasta que quede bien dorado.

Para hacer la salsa, poner a calentar el zumo de limón, el agua y el azúcar. Cuando hierva, añadir la maicena disuelta en agua y remover constantemente con unas varillas. Calentar a fuego suave hasta que espese. Retirar del fuego y espolvorear con paprika o guindilla picada.

La salsa es dulce, pero se le puede añadir un poquito de sal. Yo prefiero servir la salsa aparte y mojar el pollo en ella, pero también se puede bañar el pollo con la salsa antes de servirlo.

lunes, 2 de abril de 2007

Tortilla



Bueno, en fin, seguro que nadie necesita saber cómo se hace una tortilla, pero hoy nos hemos comido una, he recordado sacar la cámara de fotos, y me apetece publicar una receta con foto. Y así podemos discutir si la tortilla es mejor con o sin cebolla y hablar de combinaciones de verduras y trucos para cocerla ;-)

Patatas, cebolla, de 3 a 6 huevos, leche, sal, pimienta, aceite de oliva.

En fin, cortar las patatas en cubos regulares. Freírlos en abundante aceite y escurrirlos sobre papel de cocina. Cortar la cebolla en rodajas finas y freírlas también. Escurrir sobre papel de cocina. Salpimentar las patatas y las cebollas. Batir los huevos con un buen chorro de leche. Salpimentar. Mezclar con cuidado las patatas, la cebolla y los huevos. Quitar el aceite de la sartén donde se han freído las patatas y la cebolla y verter la mezcla. Cocer a fuego suave. Cuando la parte de abajo haya cuajado y al mover la sartén se mueva toda la masa junta, dar la vuelta a la tortilla con la ayuda de un plato o la tapa de la sartén. Cocer por el otro lado hasta que cuaje. Servir caliente o fría con pan con tomate y aceite.

Las variaciones son infinitas. Está la tortilla paisana, que también lleva tacos de chorizo o jamón salteados. Hay tortilla de cebolla, de calabacines, de alcachofas, de pimientos, de espinacas... Yo le pongo normalmente calabacines o zanahorias. La de la foto estaba hecha con boniato, patata y cebolla. La tortilla queda deliciosa prácticamente con todo, siempre y cuando se le ponga una generosa cantidad de cebolla frita, que para mí es el ingrediente indispensable.

Empanadillas de gambas


300 gramos de gambas peladas y cocidas, 1 cebolla, 1 patata pequeña cocida, 1 huevo batido, obleas para empanadillas, mantequilla, curry en polvo, sal y azúcar.

Picar la cebolla muy pequeña. Saltearla en un poco de mantequilla y aceite, hasta que quede transparente. Añadir una cucharadita de curry en polvo (del curry que más os guste), las gambas picadas, la patata desmenuzada, un pellizco de azúcar y sal. Remover hasta que el relleno quede bien amalgamado. Rellenar las obleas para empanadillas con una cucharada de mezcla en el centro. Humedecer los bordes de la oblea y cerrarla. Presionar bien los bordes para que no se abran. Pinchar la superficie de las empanadillas con un palillo o un tenedor. Pintarlas con huevo batido y ponerlas sobre una placa de horno cubierta con papel sulfurizado. Cocer en el horno precalentado a 200 grados hasta que queden doradas.

Este relleno también admite múltiples variaciones. Se puede añadir un poco de zanahoria picada, espinacas, huevo duro, carne picada de cerdo...

Salsa de mostaza y miel

Vinagre balsámico, miel, mostaza a la antigua, aceite de oliva, sal y pimienta.

En una sarten, poner a calentar un chorrito de aceite de oliva, agregar una tacita de vinagre balsámico, 1 ó 2 cucharadas de miel y 1 ó 2 cucharadas de mostaza. Remover constantemente y dejar reducir hasta que espese.

Es una salsa muy buena para carne de pollo, pavo o cerdo. También puede usarse con pescado y con gambas. Se puede hacer en la misma sartén en la que se ha preparado cualquier pieza de carne o pescado a la plancha para aprovechar el jugo que queda en ella.

Triángulos de espinaca y feta

500 gramos de espinacas, 250 gramos de queso feta, 200 gramos de requesón (o mató), 3 cebollas tiernas, 3 huevos, pasta filo, mantequilla, aceite de oliva, sal, perejil, pimienta.

Saltear la cebolla picada en un chorrito de aceite de oliva. Añadir las espinacas picadas y seguir salteando la verdura hasta que la espinaca se marchite. Añadir el queso feta y el requesón escurridos y desmenuzados. Remover y añadir los huevos. Salpimentar y añadir un poco de perejil picado. Una vez amalgamado el relleno, se puede triturar si se quiere una textura más fina. Derretir un poco de mantequilla y untar con ella una lámina de pasta filo. Doblar la pasta a la mitad y volver a untar con mantequilla. Colocar el relleno en una esquina e ir enrollándolo en forma de triángulo (o en forma de paquete, como un rollo primavera). Repetir hasta terminar el relleno y las hojas de pasta filo. Hornear sobre papel parafinado en el horno precalentado a unos 180 o 200 grados.

Se le pueden añadir piñones, pasas, huevo duro, olivas, bacon, taquitos de jamón...

domingo, 1 de abril de 2007

Gazpacho


1,5 kilo de tomates, 300 gramos de cebolla, 300 gramos de pepino, 2 ó 3 dientes de ajo, medio pimiento rojo, 3 huevos duros, aceite, vinagre, agua y sal.

Hay muchísimas recetas de gazpacho, uno de los platos tradicionales del verano en España, que conoce miles de variaciones según la región, el pueblo o la familia en que se pruebe.

Triturar las verduras y los huevos duros. Añadir aceite (más o menos 1/8 de litro), un chorrito de vinagre, sal y un poco de agua para suavizar un poco la textura. Seguir triturando hasta que sea una crema fina. Probar la crema en este momento para rectificarla de sal, aceite o vinagre. Pasar la crema por el colador chino. Servir muy frío.

Se puede servir con pequeños tropezones de pan tostado o frito, tomate, pepino, cebolla tierna y pimiento.

Lo único especial que tiene esta receta, la de mi casa, es el uso de huevo en lugar de pan remojado. Los demás ingredientes son los mismos en todas las recetas, aunque varían las cantidades, lo que hace variar el color, la textura y el sabor del gazpacho. A mí, personalmente, me gustan todos, aunque sigo sin encontrar un gazpacho que esté a la altura del que probé en un bar de tapas de Marbella de dos metros cuadrados, que tenía media barra y dos taburetes. No recuerdo cómo se llamaba el bar, pero el señor que lo atendía nos dio a probar un gazpacho muy claro, exquisito, con mucho cuerpo y mucho gusto a cebolla. No he probado nunca un gazpacho igual.

Salsa romesco - Salvitxada - para calçots y xatonades

De 1 a 3 tomates, según el tamaño, 2 ó 3 ñoras secas, 3 ó 4 dientes de ajo, 10 almendras tostadas y peladas, 15 avellanas tostadas y peladas, aceite, vinagre y sal.

La salsa para calçots y la salsa para xató comparten sus ingredientes y son prácticmente iguales. Sin embargo, cada restaurante, cada casa, cada región que cuenta con estos platos entre sus especialidades, varía la receta a su gusto, lo que le da personalidad y la distingue de los demás. En casa siempre hemos hecho la misma salsa para los calçots, las xatonades y las parrilladas de verduras.

En un cazo con agua hirviendo, escaldar los tomates, las ñoras y los ajos, previamente lavados. Se puede reservar un ajo para usarlo crudo y hacer la salsa más picante. Se pueden pelar los tomates y quitarles las semillas, o usarlos enteros. Las ñoras también pueden usarse enteras, o retirar únicamente la carne del interior de la ñora. Hay que tener cuidado de retirar bien las semillas. Una vez retiradas las semillas y el pedúnculo, si solo se quiere usar la carne, basta con pasar un cuchillo plano por el interior de la ñora y la pulpa se desprenderá fácilmente. Triturar los tomates, los ajos, las ñoras y los frutos secos. Idealmente debería hacerse en un mortero con infinita paciencia, pero sale muy buena también con cualquier robot de cocina. Ir añadiendo el aceite poco a poco para montar la salsa. Añadir un chorrito de vinagre y un pellizco de sal.

Personalmente, yo no le quito la piel a nada, porque no me molesta y me gusta encontrar algunos trocitos de tomate y de ñora. También debo decir que las cantidades son aproximadas. Yo suelo hacer la receta a ojo, probar la salsa, y añadir cualquier cosa que falte al final.

Mi cibercolega Xosé Castro me ha indicado acertadamente que la salsa para los calçots se llama salvitxada. Tiene razón. Es una salsa diferente que se cocina igual. Bueno, se pueden asar o "escalibar" el tomate y el ajo, y a la salsa se le puede añadir un poco de bicho, y con eso tenemos una salvitxada de toma pan y moja. ¡Gracias, Xosé!

viernes, 23 de marzo de 2007

Crema de bacalao y patata

250 gramos de bacalao desalado, 4 patatas, 2 dientes de ajo, 1/2 taza de nata líquida, 2 cebollas tiernas, sal y pimienta.

Pelar las patatas y cortarlas en dados. Pelar los ajos y picarlos. Poner las patatas, el ajo y el bacalao desmigado en una olla. Cubrir con agua y cocer a fuego suave hasta que la patata esté bien cocida. Triturarlo todo. Debe quedar una crema fina. Agregar la nata y salpimentar. Pelar las cebollas tiernas y cortarlas en rodajas muy finas. Servir la crema con las rodajas de cebolla.

Se puede acabar el plato con un chorrito de aceite de oliva condimentado con ajo, olivas negras, hierbas o limón.

viernes, 16 de marzo de 2007

Taramosalata

75 gramos de huevas de bacalao, 1 rebanada de pan blanco sin corteza, 1 patata hervida y pelada, 1 cebolla picada, aceite de oliva, zumo de limón.

Remojar el pan con agua y escurrirlo. Triturarlo junto con el resto de ingredientes hasta obtener una crema fina y consistente. Se puede ir añadiendo el aceite y el zumo de limón poco a poco, mientras se tritura, como si se montara una mayonesa para que quede más suave. Servir con pan pita o tostado.

Tzatziki

3 ó 4 yogures griegos, 1 pepino pequeño o mediano, 1 diente de ajo picado, 2 cucharadas de menta fresca picada, aceite de oliva, limón y sal.

Pelar el pepino y rallarlo sobre un colador. Apretarlo bien para que pierda la mayor cantidad de agua posible. Mezclarlo bien con el resto de ingredientes y servir con pan pita o tostado, como entrante.

Mi amiga Elena le pone también un poco de queso de cabra, lo que le da mucha personalidad. Había una versión comercial que lo hacía con pepinillos en lugar de pepino. También está muy bueno si se le ponen olivas troceadas, y a mí me chifla con perejil en lugar de menta.

Melitzanosalata - Mutabal - Baba Ganouj


Esta es una receta muy común en todo el Mediterráneo. Como en el caso del hummus, hay recetas para todos los gustos.

2 berenjenas, 1 ó 2 dientes de ajo, aceite de oliva, zumo de limón, sal y pimienta.

Lavar bien las berenjenas. Pincharlas y asarlas a horno medio hasta que estén blandas (pueden envolverse en papel de plata). Dejarlas enfriar, pelarlas y reservar la pulpa (también se pueden partir al medio y desechar las semillas). Triturar la pulpa con el ajo, el aceite y el zumo de limón. Salpimentar al gusto y servir con pan pita o tostado.

Se puede adornar con perejil picado y olivas negras griegas troceadas.

Las variaciones de este plato, incluyen tahini también. Si se usa esta crema de sésamo, hay que tener mucho cuidado de no abusar, ya que el tahini y la berenjena son muy amargos.

Tarka Dhal

1/2 taza de lentejas rojas, 1/4 de taza de lentejas amarillas, 2 tazas y media de agua, 1 cucharadita de jengibre rallado (puede ser seco), 1 cucharadita de ajo rallado, 1/4 de cucharadita de cúrcuma, 2 pimientos verdes cortados finos (si pueden ser picantes, mejor), sal. TARKA: 2 cucharadas de aceite vegetal, 1 cebolla cortada fina, 1/4 de cucharadita de semillas de mostaza y cebolla, 1 guindilla seca, 1 tomate cortado fino.

Lavar las lentejas. Cocerlas en el agua con el jengibre, el ajo, la cúrcuma y los pimientos verdes hasta que todo esté blando. Triturar la mezcla de lentejas. Si queda muy denso, añadir un poco de agua. Tiene que quedar espeso como una crema de verduras. Para preparar el tarka, calentar el aceite y freír la cebolla con las semillas, la guindilla y el tomate durante dos minutos. Poner el tarka encima del dhal y servir adornado con hierbas frescas (perejil, cilantro, menta).

A gusto del consumidor se pueden añadir más guindillas al tarka.

Pollo Tandoori

1 kilo y medio de pollo sin piel (en pechugas, en muslos, en cuartos...), 3 ó 4 yogures naturales (normales o griegos), 7 u 8 cucharadas de tandoori masala (mezcla de especias para tandoori), 6 cucharadas de mantequilla clarificada o aceite vegetal.

Hacer unas incisiones sobre la carne de las piezas de pollo. Mezclar el yogur con la sal y la mezcla de especias. Debe quedar de color rosa intenso, así que se puede añadir más mezcla de especias si no se consigue ese color. Untar bien todo el pollo con la mezcla y dejar reposar en la nevera como mínimo dos horas, y a ser posible, toda la noche. Escurrir el pollo y ponerlo sobre una bandeja de horno con rejilla. Echar encima del pollo la mantequilla clarificada fundida o el aceite para sellar la superficie de la carne. Cocinar en horno precalentado a temperatura alta (unos 250 grados). Cocinar diez minutos, sacar, volver a untar con la marinada restante y volver a meter en el horno un par de minutos. Apagar el horno y dejar el pollo reposar dentro diez minutos más. Servir con una ensalada o un raita (salsa de yogur).

También lo he probado con pechugas de pollo cortadas en porciones pequeñas, para que sean fáciles de servir en una fiesta, y queda igual de bien. Solo hay que poner los pedazos de pollo en una fuente de horno.

Bombones de nuez

100 gramos de nueces, 1/2 taza de azúcar glas, 2 cucharaditas de clara de huevo, 200 gramos de chocolate negro.

Triturar las nueces con el azúcar glas y la clara de huevo hasta que se forme una masa. Guardar en la nevera durante media hora. Formar bolas con la masa y darles forma de disco. Fundir el chocolate al baño maría e ir introduciendo los discos de masa. Cubrirlos bien, sacarlos y ponerlos a secar sobre un papel encerado. Para mojar los discos en el chocolate se pueden usar dos tenedores, lo que nos permitirá eliminar el exceso de chocolate con comodidad. Dejar enfriar y endurecer, y servir.

Pueden decorarse con mitades de nuez, nueces u otros frutos secos picados, pasas de uva, trocitos de fresa...

Rollitos de pimientos

1 pimiento rojo grande, queso rallado fundido, queso parmesano rallado, 2 cucharadas de mayonesa, 2 cucharadas de perejil, 1 cucharada de orégano, unas gotas de Tabasco, 10 rebanadas de pan de molde, 45 gramos de mantequilla y pimentón.

Asar el pimiento en el horno hasta que la piel se ennegrezca. Dejar enfriar, pelarlo y quitarle las semillas y las membranas. Picar bien la pulpa y mezclar con el queso (a gusto, entre 100 y 150 gramos en total está bien, siempre un poco más de queso fundido que de parmesano) la mayonesa, los condimentos menos el pimentón, sal y pimienta. Retirar la corteza del pan (o usar pan sin corteza), untarlo con la mantequilla fundida, y aplanarlos al máximo con un rodillo de amasar. Poner en cada rebanada un poco de la mezcla de pimiento, enrollar y sujetar con un palillo. Refrigerar unas horas. Partir los rollitos en dos y sujetar cada nuevo rollito con un palillo. Hornear a unos 160 grados durante diez minutos, o hasta que estén dorados y crujientes. Espolvorear con pimentón y servir calientes.

No he experimentado mucho con esta receta, pero me imagino que las combinaciones para el relleno son infinitas, con diferentes tipos de verduras o incluso sustituyendo el pimiento por atún. También me imagino que estará buenísimo añadiendo olivas. Slurps! Qué hambre me ha entrado.

Tomates secos

Una receta buenísima para la temporada de tomates. Se pueden secar y conservar en frascos llenos de aceite.

2 kilos de tomate, aceite de oliva, especias al gusto (orégano, tomillo, pimienta...)

Lavar bien los tomates y cortarlos a cuartos. Ponerlos en una bandeja de horno con la piel hacia abajo y rociarlos con un poco de aceite de oliva (unas gotas, no mucho) la sal y las especias elegidas. Hornear los tomates en el horno bajo, precalentado a unos 150 grados durante dos o tres horas, teniendo cuidado de que no se quemen. Tienen que quedar secos y arrugados, pero no duros.

Una vez fríos se pueden guardar en conserva con aceite de oliva. Son exquisitos sobre pan caliente, o en la ensalada. Se pueden picar muy finos y añadirlos a las vinagretas.

Pastel de carne

Esta es una receta familiar. La incluyo en Argentina y Uruguay porque de ahí la conozco, y no sé en qué otros países se come también. Si alguien puede iluminarme, quedaré eternamente agradecida ;-)

1/2 kilo de carne de vacuno picada, 2 cebollas, 1 pimiento rojo o verde (o uno de cada), 2 dientes de ajo, 3 ó 4 tomates, 100 gramos de olivas verdes, 1 kilo de puré de patatas, queso rallado.

Hacer un buen sofrito con la cebolla, el pimiento y el ajo picados. Cuando esté todo cocido, añadir la carne y dorarla bien. Cuando la carne esté dorada, añadir los tomates picados finos o rallados y las olivas picadas. Salpimentar al gusto. En una fuente que pueda meterse en el horno, poner la carne picada como base y cubrirla con una buena capa de puré de patatas. Espolvorear con queso rallado y meter en el horno unos minutos, hasta que el puré y el queso se doren.

  • También lo he comido muchas veces con una primera capa de puré, es decir: puré, carne, puré.
  • Se pueden añadir todas las verduras que se tengan en casa.
  • En el momento de añadir las olivas, también se pueden añadir un par de huevos duros picados.
  • También se puede pintar la superficie del pastel con un huevo batido.

Karaage - Pollo frito

2 pechugas de pollo deshuesadas, fécula de patata (o maicena), 3 ó 4 cucharadas de salsa de soja, 2 dientes de ajo rallados, 1 cucharada de mirin (vino dulce de arroz), 2 cucharadas de sake, alga nori para decorar.

Cortar el pollo en trozos de unos cinco centímetros de largo y dos de ancho. Mezclar la salsa de soja, el ajo, el mirin y el sake y marinar el pollo en esta salsa durante tres cuartos de hora. Sacar los trozos de pollo, ponerles una pequeña tira de alga nori a modo de cinturón y rebozar en la fécula de patata hasta cubrirlos bien. Freír en aceite vegetal abundante (preferiblemente de maíz) unos cinco minutos, hasta que se dore.

Espinacas con sésamo

250 gramos de espinacas frescas, 3 cucharadas de tahini (crema de sésamo), 2 cucharadas de salsa de soja.

Escaldar las espinacas un par de minutos en agua hirviendo, lo suficiente para que no queden crudas, pero no demasiado, para que queden ligeramente crujientes. Escurrirlas y sumergirlas en agua helada para detener la cocción. Escurrirlas bien y trocearlas. Mezclar la salsa de soja y el tahini y aderezar las espinacas con la mezcla.

Vindaloo de carne


1 kilo de carne de ternera o vaca cortada en cubos, 1/2 cucharada de comino , 1 cucharada de semillas de cilantro, 1/2 cucharadita de cardamomo, 1 cucharadita de fenogreco, 2 cucharaditas de guindilla, 1 cucharadita de cúrcuma, 1 cucharadita de mostaza en polvo, 2 cucharadas de mantequilla clarificada o aceite, 3 cebollas cortadas finas, 3 cucharaditas de jengibre rallado, 3 dientes de ajo majados, 1 rama de canela, 1/3 taza de vinagre de vino, 1/2 taza de caldo de carne, 1 cucharadita de azúcar.

Triturar todas las especias juntas, menos el jengibre y la canela. Calentar el aceite en una cacerola y freír toda la carne. Retirarla, y en el mismo aceite cocer la cebolla, el jengibre, el ajo y la canela, hasta que la cebolla quede transparente. Añadir la carne y las especias y mezclar bien. Verter el vinagre y el caldo, espolvorear el azúcar y salpimentar. Tapar y dejar cocer a fuego lento hasta que la carne esté tierna y se haya bebido la mayoría del líquido. Retirar la canela y servir.

El Vindaloo es un plato fuerte y ácido, pero muy agradecido. Pueden usarse carnes no muy nobles para su elaboración, porque la cocción larga y el uso del vinagre, ablandan la carne y la dejan muy tierna.

jueves, 15 de marzo de 2007

Salteado de verduras

La base de esta receta estaba en una revista de cocina bajo el nombre de "Chop Suey". Como todavía no he podido comprobar la veracidad de esa afirmación, y no soy nada experta en cocina china, me temo que se va a quedar como salteado. Es un plato ideal para aprovechar todos los restos de verdura que tenemos en la nevera, y se puede variar, ampliar o cambiar tanto como queráis.

2 pechugas de pollo, la piel de un limón, cebolla tierna (puede ser normal), col (rizada, china o blanca), zanahorias, brotes de soja, pimientos (verdes y rojos), calabacines, salsa de soja, aceite de oliva (o de sésamo mezclado con oliva para que no se queme).

Cortar todas las verduras en juliana. Cortar el pollo en dados. Poner un chorro de aceite en un wok o una sartén honda. Añadir la piel del limón y dorar un poco para aromatizar el aceite. Retirar la piel del limón y dorar la carne. Cuando esté dorada, añadir la cebolla y esperar que se vuelva transparente o que se dore ligeramente. Ir añadiendo todas las verduras teniendo en cuenta los tiempos de cocción (zanahorias y pimientos primero, col, calabacines y brotes de soja después). Cuando las verduras estén cocidas, pero todavía crujientes, regar con un buen chorro de salsa de soja y dejar reducir un poco. Servir inmediatamente.

  • Se pueden añadir todo tipo de verduras: maíz, tomates, espinacas, apio, berenjenas...
  • También se puede hacer con otro tipo de carne o con gambas.
  • El aceite se puede aromatizar con otras cosas: hierba de limón, cabezas de gambas, bouquet garni...

Hummus


Que nadie ponga el grito en el cielo. Esta receta de hummus es la mía particular, después de muchas pruebas y muchos inventos. Es la que más nos gusta en casa. Más abajo también explico la receta tradicional griega para aquellos a quienes no les gusten los inventos.

1 frasco de garbanzos escurridos y lavados, 1 cebolla tierna, 1 ó 2 dientes de ajo, 1 ó 2 yogures griegos, aceite de oliva, zumo de limón, 3 ó 4 cucharadas de tahini (crema de sésamo), sal, comino, pimentón (dulce o picante) y perejil.

Combinar todos los ingredientes, menos el pimentón y el perejil. Triturar hasta conseguir una consistencia de crema. Servir en un bol. Espolvorear por encima el pimentón y el perejil. Regar con un hilo de aceite de oliva o de sésamo. Se puede acompañar con olivas negras (preferiblemente griegas) picadas. Servir con pan pita, o con bastoncitos de pan.

Es una receta en la que no se pueden dar medidas exactas. Hay que ir triturando y probando, hasta conseguir el sabor y la consistencia deseada. Lo mejor es triutrar primero los garbanzos con un yogur, la cebolla y el ajo, e ir añadiendo poco a poco el aceite, el zumo de limón, los condimentos y otro yogur si lo queremos más líquido. A mí, personalmente, me gusta consistente, que se unte bien sobre el pan. Hay que ser muy generosos con el comino, que es lo que le acaba de dar personalidad.

En la receta original no se usa yogur ni cebolla, y se añade un poco de agua para que la consistencia sea más suave. También se usa bastante tahini, hasta media taza, pero hay que tener cuidado porque es amargo.