Pollo (en cuartos, muslitos, pechugas...), colmenillas (se pueden usar otras setas), 4 cebollas, 4 patatas, 1 pimiento verde, ajos tiernos o brotes de ajo, 1 tomate, media copita de ron o whisky, 2 vasos de caldo de pollo o verduras, 3 ó 4 cucharadas de nata líquida, aceite de oliva.
Podríamos inaugurar una sección de recetas de subsistencia, ya que este plato nos lo hemos inventado hoy con una nevera que hace eco, en la que conviven los típicos yogures y tres pimientos verdes con el vacío más absoluto. Pero, aunque esté muy mal que lo diga yo, la verdad es que nos ha quedado riquísimo y muy apañado, así que cualquier día voy a hacer cuando venga algún amigo a cenar.
Àlex fue a pasar el fin de semana a Ansovell con sus abuelos y volvió contentísimo porque había vivido una aventura y había encontrado muchas "carbassoles" (rabassoles o múrgoles, colmenillas en catalán). Maria, mi suegra, me trajo unas cuantas (y nos invitó a probar en su casa otras rellenas de foie y botifarra que había cocinado su amiga Teresa, SLURPS!) y las escaldé para quitarles toda la tierra (se tienen que escaldar dos veces en agua duante un par de minutos para limpiarlas bien). Después las metí en la nevera con aceite de oliva y empecé a pensar cómo cocinarlas. Pero en fin, con una nevera vacía y poco tiempo para hacer la compra, decidí dejar de pensar en platos exquisitos y preparar un guiso con las cuatro cosas que tenía en casa: jamoncitos de pollo, brotes de ajo congelados, unas cebollas, cuatro patatas, un pimiento verde y un tomate. Y aquí tenéis la receta.
Cortar las cebollas en rodajas finas y ponerlas en una cazuela a pochar con un buen chorro de aceite. Pocharlas a fuego suave y cuando estén transparentes y blandas, añadir el pimiento verde picado y los ajos tiernos a rodajas o en bastoncillos. Seguir cociendo a fuego suave. Al cabo de tres o cuatro minutos, añadir las colmenillas y remover bien. Añadir después el pollo y dejar que coja un poco de color, durante unos quince o veinte minutos.
Cuando el pollo ya esté tierno y dorado, y la cebolla haya caramelizado y perdido toda el agua, añadir el ron (yo hoy le he puesto whisky, porque no he encontrado el ron, vaya usted a saber dónde lo puse después de la última caipirinha) y dejar que se evapore el alcohol. Tras unos minutos, añadir el tomate rallado y remover bien. Pelar y cortar las patatas en rodajas y añadirlas a la cazuela. Dejarlas cocer unos minutos. Salpimentar. Añadir entonces el caldo (yo no tenía caldo hecho ni caldo industrial, así que he añadido dos vasos de agua y media pastilla de caldo) y subir el fuego. Cuando empiece a hervir, poner el fogón a fuego medio y dejar cocer, tapado, media hora más. Pasada la media hora, añadir la nata líquida, remover bien, dejar que hierva un par de minutos más y servir.
Yo he usado cuatro patatas porque eran las que tenía (y eran pequeñitas), pero se pueden usar más, porque la verdad es que quedan riquísimas. La nata líquida la he añadido para suavizar la salsa, y porque quedan muy bien con las colmenillas. No uso demasiados condimentos porque cocino también para Àlex, pero aquí va muy bien la pimienta, un poco de nuez moscada e incluso de pimentón.
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