2 pechugas de pollo, 1 yema de huevo, 3 cucharadas de salsa de soja, 3 cucharaditas de maicena, 1 taza de maicena con 4 ó 5 cucharadas de harina y aceite de oliva. SALSA: El zumo de dos limones, un chorrito de agua, 2 cucharadas de azucar, 2 cucharaditas de maicena disueltas en una cucharada de agua, paprika o guindilla.
Preparar una marinada con la yema, la salsa de soja y la maicena. Cortar el pollo en bastoncitos o en cubos, meterlo en la salsa y remover para que quede bien cubierto. Dejar marinar unos veinte minutos. Pasado este tiempo, rebozar el pollo con la mezcla de maicena y harina y freír en tandas de cinco o seis, en una sartén alta o un wok. Freír poco, sin que llegue a dorarse, porque más tarde se freirá una segunda vez. Dejar escurrir el pollo sobre papel de cocina. Una vez terminado de freír, volver a empezar por la primera tanda y freír una segunda vez hasta que quede bien dorado.
Para hacer la salsa, poner a calentar el zumo de limón, el agua y el azúcar. Cuando hierva, añadir la maicena disuelta en agua y remover constantemente con unas varillas. Calentar a fuego suave hasta que espese. Retirar del fuego y espolvorear con paprika o guindilla picada.
La salsa es dulce, pero se le puede añadir un poquito de sal. Yo prefiero servir la salsa aparte y mojar el pollo en ella, pero también se puede bañar el pollo con la salsa antes de servirlo.
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martes, 3 de abril de 2007
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