200 gramos de mantequilla, 250 gramos de harina, 100 gramos de azúcar moreno, 50 gramos de azúcar blanco, 1 cucharadita de jengibre en polvo, 1 cucharadita de polvo de cinco especias, 2 cucharaditas de levadura en polvo y 1 cucharadita de bicarbonato.
Dejar la mantequilla a temperatura ambiente hasta que esté blanda. Mezclarla con el azúcar moreno, el azúcar blanco y el bicarbonato. Trabajar hasta que quede bien mezclado y añadir la harina. Mezclar bien y añadir el jengibre, las cinco especias y la levadura. Trabajar hasta que quede una masa compacta que no se pegue. Si se pega, añadir un poco más de harina. Dejar reposar la masa tapada con un paño una hora en la nevera. Pasado este tiempo, enharinar el mármol de la cocina y extender la masa. Aplanarla con un rodillo hasta que quede fina, con un grosor de medio centímetro como máximo. Cortar las galletas con diferentes moldes. Ponerlas en una bandeja de horno forrada con papel parafinado y cocer en el horno, a 175º durante quince o veinte minutos, hasta que estén un poco doradas. Sacar del horno, dejar enfriar y servir.
Dejar la mantequilla a temperatura ambiente hasta que esté blanda. Mezclarla con el azúcar moreno, el azúcar blanco y el bicarbonato. Trabajar hasta que quede bien mezclado y añadir la harina. Mezclar bien y añadir el jengibre, las cinco especias y la levadura. Trabajar hasta que quede una masa compacta que no se pegue. Si se pega, añadir un poco más de harina. Dejar reposar la masa tapada con un paño una hora en la nevera. Pasado este tiempo, enharinar el mármol de la cocina y extender la masa. Aplanarla con un rodillo hasta que quede fina, con un grosor de medio centímetro como máximo. Cortar las galletas con diferentes moldes. Ponerlas en una bandeja de horno forrada con papel parafinado y cocer en el horno, a 175º durante quince o veinte minutos, hasta que estén un poco doradas. Sacar del horno, dejar enfriar y servir.
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