Una receta buenísima para la temporada de tomates. Se pueden secar y conservar en frascos llenos de aceite.
2 kilos de tomate, aceite de oliva, especias al gusto (orégano, tomillo, pimienta...)
Lavar bien los tomates y cortarlos a cuartos. Ponerlos en una bandeja de horno con la piel hacia abajo y rociarlos con un poco de aceite de oliva (unas gotas, no mucho) la sal y las especias elegidas. Hornear los tomates en el horno bajo, precalentado a unos 150 grados durante dos o tres horas, teniendo cuidado de que no se quemen. Tienen que quedar secos y arrugados, pero no duros.
Una vez fríos se pueden guardar en conserva con aceite de oliva. Son exquisitos sobre pan caliente, o en la ensalada. Se pueden picar muy finos y añadirlos a las vinagretas.
viernes, 16 de marzo de 2007
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