viernes, 12 de noviembre de 2010

Alitas de pollo caramelizadas


Lamento que la foto sea mala, pero es la única que tengo... Y el plato vale la pena. Es muy fácil y rápido de hacer, y muy rico. A Ruth y al pomelo les encantaron estas alitas (aunque debo decir que lo del pomelo fue fácil, tiene debilidad por las alitas de pollo cocidas de cualquier modo). Nuevamente es una receta libremente adaptada del libro que me trajo Ruth de Camboya, un regalo estupendo ;^)

Necesitáis unas cuantas alitas de pollo (no sé cuántas hice, una bandeja entera de la carnicería), azúcar, aceite de sésamo y de oliva y jengibre fresco rallado o en polvo.

Calentad unas cuantas cucharadas de azúcar (cinco o seis) en una cazuela, removiendo constantemente hasta que adquiera color y consistencia de caramelo. Añadid entonces tres o cuatro cucharadas de agua y removed con fuerza para conseguir caramelo líquido.

En un wok o una sartén grande, calentad el aceite de sésamo con un poco de aceite de oliva para que no se queme. Añadid una cucharadita de jengibre (o más si os gusta, a mi pomelo no le vuelve loco, así que yo intento no abusar, aunque a mí me encanta) y salteadlo bien hasta que empiece a desprender su aroma. Añadid entonces las alitas de pollo y cocedlas a fuego vivo hasta que se doren. Verted el caramelo por encima y mezcladlo todo bien. Tapad el wok o la sartén y dejad cocer a fuego lento hasta que la salsa empiece a espesar y a cubrir las alitas de pollo. Servidlas calientes con una ensalada o arroz blanco... Ñam!

No hay comentarios: