Estoy aprovechando los últimos días de frío para zamparme la mayor cantidad de sopas posible. El otro día me apetecía una sopa japonesa (vino Joan a cenar y me tenía que lucir ;-)) pero no tenía ni mirin, ni sake, ni dashi, ni nada de nada, así que me inventé esta receta que quedó muy buena y que encantó tanto al pomelo como al invitado.
1 pechuga de pollo, 6 setas shiitake secas, 2 huevos, salsa de soja, 1 litro y medio de caldo, aceite de oliva.
Poner las setas en remojo en agua caliente. Remojarlas durante una hora. Cortar el pollo en trozos pequeños. Rociarlos con la salsa de soja y dejar marinar media hora. Transcurrido ese tiempo, calentar un poco de aceite de oliva en una cazuela y saltear el pollo hasta que quede dorado. Añadir entonces el caldo y el agua de las setas y llevar a ebullición. Dejar que hierva unos minutos.
Mientras tanto, cortar las setas a láminas. Añadir a la sopa. Batir los dos huevos y añadirlos poco a poco a la sopa, removiendo constantemente con unos palillos para que los huevos se hilen a medida que van cuajando.
Servir inmediatamente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario