jueves, 16 de septiembre de 2010

Tajin de pollo con cebolla y pasas

El otro día, en la carnicería, descubrí que tengo un pompón aspirante a vegetariano y otro que no tiene ninguna clase de escrúpulos alimentarios. Mientras mi pompón mayor se horrorizaba ante la visión del pollo y el conejo enteros que pedí que me despiezaran, el pequeño aplaudía encantado y nos contaba cómo Antònia, nuestra vecina de la montaña que cría gallinas y conejos, había matado hacía poco una gallina para comer. Lo que al grande le parecía una aberración, al pequeño le resultaba lo más normal del mundo. Pero cuando llegamos a casa, guisamos el pollo y lo servimos, con sus pasas y su salsita, hubo unanimidad. Todos lo devoramos ;^)

La receta es una versión libre del libro "Marruecos. La cocina de mi madre." Es un libro que creo que ya os recomendé, pero insisto. Además de estar editado por Intermón-Oxfam, es una belleza, lleno de hermosas fotos y de platos deliciosos y sorprendentemente fáciles de hacer. Es un repaso a la comida diaria de nuestros vecinos del sur, a los platos tradicionales de las familias marroquíes, y vale muchísimo la pena.

1 pollo cortado a octavos, 3 cebollas grandes cortadas finas, 1 taza de pasas, 1 cucharadita de jengibre en polvo, un pellizco de canela, aceite de oliva, sal y pimienta.

Dorar los trozos de pollo en una cazuela con un buen chorro de aceite. Cuando esté dorado, añadir las cebollas, la sal, la pimienta y el jengibre. Rehogar cinco o diez minutos, hasta que la cebolla se haya dorado un poquito y añadir suficiente agua como para tapar el pollo. Añadir las pasas y la canela. Dejar cocer una hora, a fuego suave, tapado, hasta que la carne esté bien hecha y la salsa haya reducido y espesado. Servir caliente.

martes, 14 de septiembre de 2010

Pescado marinado al estilo coreano


Bueno, después de una larga pausa y de que alguien a quien tengo en muy alta estima me tirara de las orejas por tener el blog tan abandonado (gràcies, Maria Lluïsa), me he puesto como objetivo colgar al menos un par de recetas a la semana. Porque de hecho, no será por falta de inspiración o de platos (tengo una carpeta llena de fotos esperando pacientemente su publicación), sino únicamente por falta de tiempo, o quizás mejor, de organización. Así que voy a ver si consigo organizar mejor el tiempo que tengo y mantener el blog más actualizado. Os permito que me tiréis de las orejas todo lo que haga falta si veis que vuelvo a distraerme ;^)

Digo que este plato es coreano porque así lo indicaba en mi recetario asiático, aunque tanto por los ingredientes como por el sabor, diría que la influencia japonesa es clara. De todos modos, venga de donde venga, es una manera fácil de hacer pescado y de disfrazarlo ante los paladares más caprichosos, como por ejemplo, curiosamente, el del pomelo, que no es muy fan del salmón.

Varios filetes de salmón (para esta cantidad de marinada yo usé ocho), 4 dientes de ajo, una cucharadita de jengibre en polvo, 1 cucharadita de pimentón (yo mezclé picante y dulce para que fuera apto para pompones), 2 cucharaditas de azúcar, 6-8 cucharadas de salsa de soja y una cucharada de vinagre de arroz.

Es muy, muy fácil de hacer. Sólo hay que mezclar todos los ingredientes menos el pescado y rociar con esa marinada los filetes de salmón. Yo los dejé macerándose entre media hora y tres cuartos. Después se hacen vuelta y vuelta a la plancha, hasta que estén cocidos (aunque a mí me gusta que el salmón quede un poco crudo por dentro). Finalmente, cuando hayáis retirado del fuego todos los filetes, podéis poner el resto de la marinada al fuego un par de minutos hasta que espese un poco y adquiera la consistencia de un caramelo. Napáis (cómo me gusta esta palabra ;^)) el pescado con la salsa y servís.

La foto es horrible porque era tarde y en mi comedor hay muy poca luz (nos gustan las veladas íntimas), pero supongo que cogéis la idea. Esta vez acompañamos el pescado con una ensalada de pasta con huevo duro, tomate y cebolla, y yo la aliñé con vinagre de umeboshi, todo un descubrimiento que podéis encontrar en tiendas de dietética.

martes, 7 de septiembre de 2010

Bolitas de Indara e Iván


Probamos esta delicia en la boda del año, del lustro, la década y el siglo :^) Felicidades nuevamente Indariña e Iván! Os queremos mucho :^*

El cátering de la boda, que fue espectacular, era de Boketé. Y entre las mil exquisiteces que nos sirvieron, estaban estas bolitas de foie con kikos, una maravilla que intenté reproducir el otro día para Jordi y Mercè y que volveré a hacer prontito, hasta conseguir perfeccionar la técnica... Ya estoy pensando en las variedades que tengo que presentarle a Francis, el mejor cocinero del Vallès y alrededores.

Sólo necesitáis un bloque de foie, unos cuantos kikos (maíz frito) y unas escamas de sal Maldon.

Primero, trituráis bien los kikos. Lo podéis hacer con un mortero o con una picadora o un minipimer (horror, me sale la marca y no el electrodoméstico). Después, vais sacando trocitos de foie del bloque con una cucharita, los metéis en los kikos y les dais forma de bola. Vais colocando las esferas en un plato para servir y cuando las tengáis, les ponéis un poco de sal Maldon por encima. Lo más importante es dejarlas en la nevera hasta el momento de servir. Y después, a disfrutar. Como hicimos nosotros en la boda más glamourosa del verano...